El uso del recrecido de hormigón armado envolviendo total o parcialmente a un soporte como forma de refuerzo es uno de los más antiguos, económicos y eficaces que se conocen.
Este sistema consiste en adosar una camisa de hormigón armado sobre el soporte que se quiere reforzar. En cuanto al tipo de hormigón usado en el encamisado, podemos distinguir:
Encamisado con hormigón tradicional Se usa un hormigón normal para el recrecido, esto es, mediante encofrado y vertido del mismo. En este caso, se recomienda usar un tamaño máximo de árido reducido y mejorar la trabajabilidad. El espesor mínimo de la capa de hormigón adicional puede situarse en torno a los 10 cm, si bien con medios adecuados, se puede llegar a espesores menores, aunque las recomendaciones de la bibliografia dan un mínimo de 7 cm.
Foto cortesia de O. Caballero, arquitecto |
La transmisión de las cargas al refuerzo se produce mediante transmisión directa desde el forjado al recrecido y por transmisión por tensiones rasantes en la interfaz entre hormigones. Por lo que la unión entre hormigones en este tipo de refuerzo, es esencial para su buen funcionamiento. En efecto, como una parte de la carga aplicada se transmite al refuerzo mediante tensiones rasantes, para asegurar una adecuada transmisión de cargas, será preciso cuidar al máximo las condiciones de contacto existente entre el soporte de hormigón y el refuerzo. En ocasiones puede ser necesario aumentar o asegurar la adherencia entre el hormigón antiguo y el nuevo mediante el empleo de adhesivos, tipo resina epoxi, lechada o morteros de base cementicia. En este caso, si se realiza este puente de unión, hay que prestar atención al efecto barrera al paso de vapor de agua de los productos como las resinas epoxi.
Foto cortesia O.Caballero |
La forma de puesta en obra es mediante el saneado de la superficie del soporte a reforzar (ya que se mejora la adherencia). Es conveniente el descarnado de las esquinas en el caso de pilares rectangulares para evitar concentraciones de esfuerzo rasante en las mismas. Seguidamente se dispone el montaje de las armaduras, convenientemente ancladas o en cimentación o en la estructura horizontal. El efecto zunchado como se ha comentado en la anterior entrada es importante, con lo que los estribos juegan un papel fundamental en el refuerzo mediante este sistema. Posteriormente se hormigona el recrecido por alguna de las dos técnicas descritas anteriormente.
Hay que tener en cuenta en el diseño del recrecido si se dimensiona para que entre en carga cuando se deforme el elemento, es decir, para acciones que no estén presentes en el momento de la ejecución del refuerzo o que entre en carga desde un primer momento. En este caso es importante descargar completamente el soporte. No obstante siempre es recomendable una descarga del elemento a reforzar.
Foto Cortesia de O. Caballero |
Es recomendable que el espesor del recrecido sea inferior a 1/3 del espesor del hormigón existente. En efecto el boletín CEB número 162 dispone que el espesor no sobrepase ese tercio.
En función de condicionantes de tipo constructivo, puede ser necesario el uso de mortero en vez de hormigón, si bien el primero presenta una mayor retracción, con lo que hay que tener mucho cuidado. Es por eso que se suele utilizar morteros especiales de baja retracción.
Las ventajas de este sistema son:
- Menor coste económico
- Sistema sencillo de ejecución en comparación con otros sistemas.
- La mano de obra no requiere un alto nivel de cualificación, si bien es conveniente que sea ejecutada por personal con cierta experiencia en la ejecución de obras de rehabilitación, cuidando los detalles y sobre todo la unión entre hormigones.
- Comportamiento satisfactorio, ya que la transmisión de cargas, si está bien ejecutado, es bastante óptima.
Los inconvenientes:
- Incremento de las dimensiones y del espacio necesario, por lo que muchas veces no es viable.
- No se puede poner en carga todo el soporte hasta que el hormigón no alcance su resistencia de cálculo.
- La rigidez del soporte aumenta, con lo que se puede producir una modificación de esfuerzos en la estructura.
- Posible incremento del esfuerzo cortante debido a sismos.
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