lunes, 23 de mayo de 2016

REHABILITACION DE ESTRUCTURAS DE MADERAS. ATAQUES BIOLOGICOS

Dentro de las rehabilitaciones que estamos realizando en el despacho, cada vez son más frecuentes las intervenciones en  estructuras de madera.

Para poder abarcar una rehabilitación en estas estructuras, se hace necesario conocer primero las posibles lesiones que se pueden presentar.
 
Estado en el que se encontraba la estructura

En la última intervención efectuada, se había producido un ataque a la madera de origen biológico. Por ello, en esta entrada, me gustaría hablar de las diferentes lesiones producidas por los agentes biológicos más comunes.
Estos agentes los podemos dividir muy a grosso modo en dos categorías:
- Hongos
- Insectos




 Con respecto a los hongos, tenemos los hongos cromogenos que afectan únicamente a la estética y los hongos de pudrición. Estos últimos se suelen producir con humedad relativa superior a 18 % y temperaturas medias, del orden de 20-25. Estos hongos producen una enzima que destruye la madera; con ello, producen la pudrición de la misma.
El más usual es la pudrición parda. Se le conoce con ese nombre porque suele ser marrón-rojizo, con una aureola de un color más claro. Se suele dar con poca humedad, por lo que se le conoce también como pudrición seca. Ataca principalmente a la celulosa de la madera.
También son características  la pudrición blanca y la llamada pudrición blanda. La primera suele atacar a la lignina de la madera. En cambio, la pudrición blanda ataca a la celulosa y suele aparecer en condiciones de elevada humedad. 

Dentro de los insectos, podemos diferenciar los que producen un ciclo larvario dentro de la madera o los que forman colonias. Dentro de los primeros tenemos la polilla, el gorgojo, la carcoma y la carcoma grande. Con respecto a los que forman colonias, la más importante es la termita.

Los más conocidos y los que causan mayores daños son la carcoma ( de tipo normal o grande) y sobre todo las termitas. Veamos algunas características.

La carcoma normal o fina se suelen ubicar en ambientes con humedad alta. Suelen atacar a la albura de las frondosas y las coníferas, aunque destruyen tanto la albura como el duramen. La carcoma deposita los huevos en la madera. Estos huevos eclosionan y las larvas resultantes salen al exterior, haciendo túneles en la madera, devorándola. Esta larva se transforma en insecto adulto, realizando orificios para salir al exterior. Estos orificios son circulares y suelen tener un diámetro entre 1 y 1,5 mm.

La carcoma grande tiene un ciclo vital mucho mayor que el de la carcoma fina, con una puesta de huevos muy importante (del orden de 300-400) huevos. Suelen atacar con una presencia muy grande de humedad. Atacan a la albura de las coníferas y sobre todo a madera nueva, siendo casi nula su presencia en madera antigua. No suelen atacar al duramen. Las larvas suelen alcanzar tamaños importantes, unos 20-22 mm. Los orificios de salida son ovalados y de unos 6 mm.

Las termitas viven en colonias o nidos. Estas colonias se suelen ubicar en tierra y pueden tener dimensiones muy importantes y que pueden estar alejadas del lugar de ataque. No toleran la luz, por lo que no suele haber orificios de salida en la madera. Sí que se pueden apreciar conductos de apariencia terrosa en las paredes de yeso o cal por donde suben suben, por lo que suele ser un método bueno para detectarlas. Atacan por igual a albura que a duramen. Un ataque por termitas suele ser devastador, ya que al exterior la madera puede dar la sensación de sana y por dentro puede estar destrozada. 
Viguetas con presencia de termitas aunque aparentemente en buen estado

Para la identificación ocular de los insectos que han producido el daño, nos solemos basar en las señales dejadas en la madera: serrín que producen, forma y dimensiones de los orificios, tipo y dirección de las galerías que forman, etc. Además, cada especie de madera está más predispuesta a un determinado ataque.

Presencia de detritus

Tal y como hemos hablado anteriormente, en el último proyecto acometimos una rehabilitación estructural en una vivienda con estructura horizontal en madera. En una primera inspección ocular, los inquilinos denotaron la presencia de orificios de carcoma normal. No obstante, en la inspección más a fondo que realizamos los técnicos, pudimos a preciar la presencia de estalactitas de detritus típicas de las termitas. Además, en las catas realizadas en el cielo raso se pudo apreciar pudrición parda en las cabezas de vigueta. Cuando se pincharon las vigas, el punzón reveló que por dentro las vigas estaban en algunas zonas huecas, obligando a apuntalar toda la estructura.







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domingo, 8 de mayo de 2016

CONTROL DE LA HUMEDAD Y LA PRESENCIA DE AGUA EN INTERVENCIONES ESTRUCTURALES


Cuando hablamos de corrosión de armaduras es importante tener en cuenta el factor desencadenante de esa corrosión. 

Como hemos hablado en anteriores entradas, la corrosión inducida por ataque de ion cloruro o la producida por la carbonatacion del hormigón produce efectos distintos en la armadura.

Pero una vez determinada la causa, se hace necesario conocer el factor que ha inducido esa corrosión. Como sabemos, la corrosión electroquímica necesita de un electrolito para que se produzca. Generalmente este electrolito suele ser la presencia de agua. 

Por ello, cuando se acomete una intervención de tipo estructural en un edificio, además de reparar los daños que se han producido, es necesario intervenir sobre el factor desencadenante de la lesión.

Este hecho se suele obviar cuando se producen intervenciones de tipo parcheo, sobre todo en intervenciones sobre frentes de forjado o balcones. La mayoría de las veces se actúa solo devolviendo la sección de hormigón y la pasivación perdida. Puede que se tenga suerte y, además, se utilicen productos y revestimientos hidrófugos o repelentes del agua.

El hormigón tiene por sí mismo un cierto grado de humedad en el interior de sus poros. Hormigón seco únicamente se puede encontrar en zonas determinadas ( zonas áridas o con una humedad relativa muy baja). Por ello, la Norma UNE-EN 1504 habla de principio de protección contra la penetración del agente agresivo (Principio 1) y control de humedad (Principio 2), porque no sólo hay que reducir o prevenir la entrada de agentes agresivos y agua, sino que es necesario un control del contenido de humedad en el interior del hormigón.

Por todo lo descrito anteriormente, hay que estudiar las causas y los factores desencadenantes de la corrosión. Una vez determinados, hay que proceder, además de intervenir en la estructura, actuar también en la causa que ha producido la presencia de agentes agresivos o de agua.

Grietas en viga producida por corrosion      (Foto propia)

En nuestra última intervención, se realizó una intervención de tipo parcheo en pilares y vigas de sótano. Era la tercera reparación efectuada en los últimos 10 años. Después de realizar los ensayos pertinentes y las catas, se pudo comprobar que la presencia de agua era debida a filtraciones en la zona superior al garaje.




Presencia de humedad en la terraza   
Por ello, fue necesario convencer a la propiedad que si quería un edificio durable, era imprescindible acometer una intervención en la impermeabilización de las zonas comunes. Fue, por tanto, necesario una actuación de demolición del pavimento a base de hormigón poroso y de la impermeabilización para, posteriormente, colocar una lámina doble de impermeabilización tipo PVC, con los geotextiles correspondientes y recolocar el hormigón poroso.



Posteriormente se acometió la intervención estructural y se protegió la estructura con un revestimiento adecuado.
Prueba de estanqueidad




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