Como hemos visto en anteriores entradas, los principales problemas que tiene el hormigón armado es la oxidación de las armaduras embebidas en el mismo, debido sobre todo a los dos efectos anteriormente descritos: la carbonatación del hormigón y la acción del ion cloruro.
En esta entrada vamos a analizar el por qué la corrosión del acero es tan perjudicial produciendo daños muy severos en las estructuras.
La corrosión tiene efectos sobre el hormigón, el acero y el sistema hormigón armado.
EFECTOS EN EL HORMIGÓN
Caida de recubrimiento |
Este aumento de volumen genera en el hormigón circundante tensiones radiales que someten a tracción al recubrimiento. Como es bien sabido, el hormigón a tracción se comporta bastante mal, con lo que estas tensiones generan que se sobrepase la resistencia a tracción del mismo. La consecuencia inmediata es la aparición de grietas y fisuras paralelas a la armadura. Si se sigue corroyendo la armadura y aumentando las tensiones radiales, se puede producir el desprendimiento del hormigón.
Muchas veces, al ser el proceso de corrosión bastante lento y si el hormigón es bastante poroso, se puede producir el efecto de que los productos de corrosión se difundan por dentro de los poros, sin causar fisuraciones y grietas que denoten corrosión.
Las manifestaciones de los daños en las estructuras dependen de varios factores:
a) La separación y el diámetro de las armaduras.
b) El recubrimiento, su espesor y ubicación.
c) La calidad del hormigón.
d) La ubicación de las armaduras (en esquina o central).
e) La forma de la estructura.
EFECTOS SOBRE EL ACERO
Armadura de vigueta partida |
Así mismo se produce por el efecto de la corrosión una bajada importante en la ductilidad del acero, ya que los productos de corrosión son más frágiles.
EFECTO SOBRE EL SISTEMA HORMIGÓN ARMADO
Como se sabe, las cargas y los esfuerzos se transmiten a la armadura desde el hormigón por el efecto de adherencia entre el acero y el hormigón. Con lo que es de vital importancia para la trasmisión de estos esfuerzos y en general para la capacidad portante de la estructura una buena adherencia.
En este sentido, la corrosión de las armaduras embebidas en el hormigón genera un descenso importante en esta adherencia, sobre todo en elementos que no disponen de estribos que sustenten el sistema.
¿Cómo actúa la corrosión de la armadura sobre este descenso de adherencia?. Pues por tres mecanismos:
1.- Se sabe que corrosión ligera del acero mejora la adherencia. Pero cuando ésta empieza a ser importante, los productos generados por la misma, se colocan entre el acero de las armaduras y el hormigón, con lo que no están en contacto, perdiendo la base de la adherencia.
2.- Las armaduras embebidas en el hormigón, salvo en edificios muy antiguos, suelen ser corrugadas (esto es, con resaltes o corrugas) para facilitar el acuñamiento del hormigón. Cuando se produce la corrosión, esta corrugas pierden bastante altura y sección, incluso desapareciendo, con lo que influye muy negativamente en la capacidad adherente de la armadura.
3.- Como hemos hablado anteriormente, el efecto de la presión radial por corrosión en el hormigón, hace que este se fisure y se agriete. Estas fisuras ya de por sí generan pérdida de adherencia.
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